El uso de una manta solar en tu piscina puede ayudarte a controlar la temperatura del agua y, sobre todo, a evitar fuertes oscilaciones entre el día y la noche. En ocasiones, la orientación de nuestra piscina no es la más adecuada para la captación de sol; por ello, la colocación de una manta térmica sobre la superficie del agua ayudará a que el agua del vaso deje de estar fría en un momento determinado del día.
Las mantas solares tienen muchas ventajas porque no sólo ayudan a conservar la temperatura del líquido elemento. También son las mejores aliadas para evitar que entre suciedad. Con ellas, es prácticamente imposible que puedan colarse las molestas hojas de los árboles. Por todo ello, el uso de productos químicos se mantiene estable a lo largo de todo el año.
Las burbujas de aire que suelen permanecer sobre la superficie del agua permiten una ganancia de calor de entre cuatro y seis grados durante la mañana, dependiendo de la temperatura ambiente en ese momento y de las dimensiones de nuestra piscina. Sin lugar a dudas, la principal ventaja de la utilización de estas mantas térmicas en las piscinas es que minimizan las pérdidas de calor nocturno que se produce por la propia oscilación de la temperatura ambiente debido a la influencia del sol.
En aquellos casos en los que la piscina tenga un sistema de climatización propio, el uso de las mantas permite conservar mejor las propiedades isotérmicas. Igualmente, en caso de que nuestra piscina se encuentre dentro de un recinto climatizado, su uso hace posible reducir el rendimiento del sistema acondicionado para controlar la evaporación del agua.
Esa es otra gran ventaja. Las mantas térmicas reducen la evaporación del agua de nuestra piscina.
Si desea mayor información acerca de las mantas térmicas o solares, los técnicos de Piscisalud le ayudarán y asesorarán sin compromiso.